Conformidad

Imagina que, durante el fin de semana, has visto el primer capítulo de una nueva serie de televisión. Tu opinión del primer capítulo es muy buena, te ha encantado y esperas seguir viendo la serie completa. Cuando llegas al trabajo o clase el lunes, descubres que muchos de tus compañeros también la han visto, y todos ellos están de acuerdo en que la serie es terriblemente mala.
Esa unanimidad de tus compañeros te sorprende y te crea cierta confusión. Escuchas atentamente lo que tienen que decir y, cuando te piden tu opinión, les dices que el capítulo te resultó excesivamente fantasioso y alejado de la realidad, algo que encaja con la opinión de la mayoría. Es decir, te has dejado influir por ellos y conformado ante su opinión.
Pero, ¿Qué pasa realmente cuando alguien se conforma? ¿Simplemente dice lo contrario a lo que piensa, o cambia verdaderamente su forma de pensar? ¿Es duradero ese cambio, o es tan solo momentáneo?

Veamos cómo los psicólogos sociales responder a estas preguntas

Imagina que estás participando en un experimento sobre percepción. Entras en una habitación junto al resto de los participantes y ves una imagen como la de la derecha.
Entonces el experimentador les pregunta cuál de las líneas (A,B,C) tiene longitud más parecida a la primera línea. No tienes ninguna duda, puesto que parece muy claro que la respuesta es la C. Sin embargo, cuando los participantes van dando sus respuestas uno a uno, todos escogen la línea A. Esto, obviamente, te desconcierta pero, ¿influye en tu respuesta?
Según los resultados del experimento, la mayoría de los participantes (tres cuartos) daban la respuesta que coincidía con la del grupo, algo que sorprendió incluso al propio investigador (Solomom Asch), que esperaba que solo un porcentaje pequeño se viera influido por la mayoría cuando resulta tan obvio cuál es la respuesta correcta.

¿Por qué se conforma la gente?
Existen dos posibilidades para explicar por qué la gente se conforma ante la opinión de la mayoría: que se convenzan de que están equivocados y la opinión de la mayoría es la correcta, o que opinen lo mismo que los demás para ser aceptados o evitar el rechazo, aunque interiormente piensen de otra manera.
Para los investigadores no es fácil determinar si las personas se conforman porque de verdad cambian de opinión o si se limitan a decir lo que creen que otros esperan oír y guardarse su opinión para sí mismos. Preguntarles no es un buen modo de saberlo, dado que mucha gente podría no estar dispuesta a admitir que no han dado su propia opinión sino tan solo han hecho lo que los demás esperaban.
Para resolver este dilema, los investigadores repitieron el experimento Asch, pero esta vez los participantes, aunque podían ver las respuestas de los demás, elegía la línea en secreto. Todos los experimento de este tipo han dado los mismos resultados: cuanta mayor es la privacidad, menor es la conformidad (por eso no es de extrañar  que la gente parezca mucho menos amable y civilizada en la privacidad de su coche que caminando por la calle).
Estos resultados se mantienen tanto si los participantes juzgan la longitud de una línea, como si es el valor estético de una obra de arte o cualquier otra cosa.
Por tanto, parece que la opinión de los demás tiene poco efecto sobre nuestra opinión interna, y la gente tiende más bien a decir lo que cree que los demás quieren oír, aunque no lo piensen.

La imitación

A veces las personas se conforman porque no tiene claro cómo comportarse o qué opinar y se guían por la opinión o conducta de los demás, haciendo lo mismo que ellos. Por ejemplo, si alguien deja un folleto publicitario en el parabrisas de tu carro, tendrán más probabilidades de tirarlo a la basura (en vez de al suelo), si ves a alguien arrojando el papel a la basura, como demostró una investigación realizada en un aparcamiento.
Cuando se puso un letrero pidiendo a los estudiantes que, al ducharse, cerraran el grifo mientra se enjabonaban, solo un porcentaje muy pequeño acató la petición. En cambio, cuando veían, en duchas abiertas, cómo un estudiante cerraba el grifo al enjabonarse, la mayoría lo imitó. No en vano existe in antiguo refrán que dice "Allá donde fueres, haz lo que vieres".
Este tipo de influencia suele ser muy poderosa, puesto que observas a los demás porque deseas aprender de ellos y, una vez aprendido el comportamiento deseado, lo repitas en el futuro.

¿Qué hace que la conformidad aumente o disminuya?

• Si la mayoría es unánime, la tendencia a conformarse es mayor que si cuentas con, al menos, un compañero que disienta de la mayoría (incluso si esa persona dice que la correcta es la línea B). Por tanto, tener un solo aliado hace que la presión de la mayoría caiga en picado.
• El tamaño de esa mayoría unánime no parece tener mucho efecto. La gente se conforma igual si ese grupo está formado por 3 personas o por 16.
• Las personas que tienen baja autoestima se conforman más.
• Las personas que se consideran especialmente hábiles o expertas en una tarea determinada, también se conforman menos. Por ejemplo, si tras varios ensayos sabes que se te da especialmente bien juzgar la longitud de una línea con respecto a otra, harán manos caso a la opinión del grupo. En cambio, si consideras que no eres muy hábil con la tarea entre manos, te conformarás más.
• En países como China o Japón la gente se conforma más que en países más individualistas, como Estados Unidos o Francia.

El grupo está formado por expertos. ¿Cómo son los grupos que ejercen más influencia?

• Los miembros son importantes para ti (por ejemplo, son tus amigos).
• Los miembros del grupo guardan semejanza contigo (por ejemplo, son todos estudiantes universitarios de edades parecidas).
• Si estás seguro de que el grupo te aprecia y te valora, tiene más probabilidades de no conformarte (y dar tu verdadera opinión) que si te sientes inseguro. Es decir, los que se siente menos aceptados por el grupo tiene más probabilidades de conformarse que aquellos que saben que son totalmente aceptados (por ejemplo, porque conocen las valoraciones que los miembros han hecho de ellos).
• Las personas se conforman más antes alguien con uniforme (es decir, antes una autoridad).
• La gente también se conforma más ante una persona que tiene un aspecto de mayor estatus y está bien vestida que alguien que viste de manera descuidada